Además de estimular el sentido del tacto, permite introducir a los más pequeños en los juegos con reglas y desarrollar el lenguaje en concepto de texturas, tamaños y animales.
Para jugar hay que introducir las 18 cartas en la bolsita, girar la ruleta y buscar en la bolsa la carta que corresponda a la opción que salió en la ruleta… sin mirar claro. Tendremos que reconocer por el tacto un oso muy suave, una obeja con rizos y también un lagarto rugoso. Ganará quien más cartas tenga.